Visillac y Bagnasco. Mejor que los comunicadores no hablen?

El gobierno estaba lidiando con el descenso de la aprobación de su gestión, con los problemas de imagen de “Danilo”, con la sobre exposición del “Pepe”, con las expresiones faciales de “María Julia” , con las críticas de Desbocatti a la comunicación de la reforma tributaria y la reforma de la salud y encima…sus asesores en comunicación se deciden a hablar. Walter Bagnasco dice el viernes 21 de setiembre en Crónicas que durante un tiempo el presidente se dejó asesorar y que ahí surgió el sol naciente y otros aciertos (¿?) del comienzo de la gestión de Tabaré Vázquez pero luego relata que intereses oscuros, resistencias, celos, luchas de poder terminan alejándolo del cargo de asesor y rodeando al presidente de asesores no técnicos que derivan en que la última cadena nacional fuese según su opinión “un error grave de comunicación”. Sin embargo, sus palabras pasaron casi desapercibidas porque el mismo viernes Michel Visillac declara en el suplemento El Empresario del diario El País que Antel no debería pautar en medios que critican al ente. Resultado de estas declaraciones: Visillac es alejado de su cargo. Estos sucesos nos plantean varias preguntas a los profesionales de la comunicación: ¿Es posible asesorar al gobierno sin ser un “animal político”? Si así fuera, ¿cómo podemos contribuir a una gestión cada vez más técnica de la comunicación y menos política cuando asesoramos al gobierno? ¿Qué le aconsejaríamos al gobierno en este momento? ¿Está bien lo que hicieron Visillac y Bagnasco, simplemente dando su opinión, o es contraproducente y reñido con la profesión ya que develaron estrategias o “lavaron la ropa sucia” de clientes actuales o recientes?¿El asesor -comunicador debería permanecer “en silencio” planeando la estrategia y haciendo que otros sean los voceros o debería ser quien represente y encarne frente a la opinión pública la comunicación de la organización que asesora? Esperamos sus opiniones. (y si son colegas: cuidado con lo que dicen ;)